miércoles, 11 de julio de 2018

SEGUNDA DIMENSIÓN

Hace tiempo que tengo esta extraña sensación de llevar un peso extra en la espalda, como si estuviera notando la fuerza de gravedad en mis huesos, debilitados por la acción cinética.  En cierto modo puedo suponer que mi estilo de vida no es el óptimo, mas el peso referido anteriormente es a su vez un freno para cualquier tipo de acción que yo pueda tomar para sanarme.  Es demasiado tarde.  Actualmente estoy viviendo entre dos dimensiones.        
 Miro mi cuerpo con cierta indolencia, pues no sé a quién puedo culpar por lo que me he hecho, así que toda la rabia o presunta culpa queda en nada.  Solo me dedico a mirar a lo lejos los restos de lo que alguna vez fui, restos que quedaron confinados en una especie de pantalla, en un espejo de casa de las bromas, una versión completamente diferente o difuminada de lo que soy ahora.  
Una parte de mí vive prisionera del pasado, en un encierro impuesto por el simple y aparentemente inofensivo paso del tiempo.  El resto de lo que soy se guarda en un encierro autoimpuesto por el pánico o el shock de haberse quedado sin su otra mitad, o por la impotencia que le produce ver ese resto sin poder salir de la segunda dimensión; restos planos, etéreos, en su totalidad partes de un pasado que por simples reglas lógicas no puede volver a hacerse presente.  

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